EL ODIO A LA MÚSICA (de Pascal Quignard), por Leonardo Vascal

EL ODIO A LA MÚSICA
de Pascal Quignard
El Cuenco de Plata, 2012
por Leonardo Vascal

Pascal Quignard pareciera ser uno de esos escritores “raros”, o un poco “pasados de moda”, “a la antigua”, y a la vez, en algunos momentos de sus libros, parece ser el creador de una literatura aún sin nomenclatura, gigante, expansiva hacia el infinito.

Se puede afirmar de él que es escritor, filósofo, profesor, músico y violinista; que fundó el Festival de Opera y Teatro Barroco de Versailles; proveniente de una familia de músicos (organistas) y escritores, estudió música y también filosofía, recibiéndose en 1969, si bien, según él mismo afirma, los acontecimientos del mayo francés de 1968 lo alejan de la filosofía. Casi diez años más tarde, Quignard integra el comité de lectura de la editorial Gallimard, hasta 1994, año en que abandona su empleo y se dedica exclusivamente a escribir.

Entre otros títulos, publicó: El lector, El salón de Wurtember, La lección de música, Todas las mañanas del mundo, El sexo y el espanto, La barca silenciosa, Albucius, Villa Amalia y El odio a la música.

Recientemente editada por El cuenco de plata, El odio a la música contiene 10 tratados sobre música, pero a la vez sobre historia, filosofía, literatura… todo subordinado al espectro musical y a la caleidoscópica literatura de Quignard.

En este libro investiga en las raíces de la música, en su invención, su creación, en el modo como nos afecta y en cómo se la ha utilizado y se la utiliza. Hace esto recurriendo a una erudición asombrosa y a una disciplina intelectual ya autorizada por más de treinta libros publicados. Esta disciplina y entusiasmo erudito van acompañados por una imaginación aguda y flexible que le permite establecer conexiones insospechadas y generalmente imprevistas.

El odio a la música pareciera estar estructurado de forma musical, con motivos que se insinúan, se anuncian o se desarrollan y que posteriormente se retoman, conectan, se replican y se complican.

Quignard sostuvo, en una entrevista, Soy de una familia de organistas; por varios siglos, todos los Quignard -unos cincuenta de mis antecesores- han tocado el órgano en las iglesias, en Fürstenberg, en Alsacia y en Francia. Cuando la gente venía a rezar a la iglesia, era la única música que escuchaba en la semana. La música surgía y los emocionaba puesto que había poca. Y a mí la música me emociona profundamente. Pero la música tiene algo temible y es que viene de un mundo más antiguo que el lenguaje. Estuvimos sometidos a la audición desde el vientre de nuestras madres y no podemos manejarlo. No podemos cerrar la escucha, no podemos cerrar los oídos, no podemos…es como si no tuviéramos párpados.”

Estas pocas palabras deberían bastar para que quien aún no leyó a Pascal Quignard y desee descubrir a un autor maravilloso y adictivo, al menos sienta curiosidad por ir y hojear este libro. Nunca falla, no podrá dejarlo.

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